lunes, 27 de septiembre de 2010

Floración


Despertó sobresaltada. En su sueño iba desnuda por la calle seguida por una turba de chicos, colibríes e insectos. “¡Qué absurdo!”, se dijo al sopesar lo inverosímil de la historia, y se metió a la ducha. Mientras el agua fría arrastraba los últimos remanentes de sopor, Diana vio con asombro cómo, al contacto de las manos jabonosas, los minúsculos botones de sus senos comenzaban a abrirse.
Esa mañana camino de la escuela, la joven exhibía orgullosa sus fragantes alcatraces.


10 comentarios:

  1. Es excelente y refrescante éste relato.

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  2. De niña a mujer. Excelente.
    Buen comienzo josé manuel
    Bienvenido.

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  3. Me gusta lo de los colibries. Buen comienzo. Un cordial abrazo Jose Manuel

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  4. Gracias, Carlos. La mujer y las flores suelen ir juntas.

    Gracias por el espacio, Torcuato. Por aquí seguiremos.

    Héctor, a mí personalmente el colibrí me parece un pájaro enigmático y maravilloso, presente en muchas culturas.

    Saludos y gracias por comentar.

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  5. Cambios vitales los que aquí se reflejan, José Manuel. Las flores se abren al sol, como las adolescentes a la vida. Un fuerte abrazo.

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  6. Así es Maite, aunque la magestuosidad de la mujer persiste, no importa el tiempo.

    Un abrazo.

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  7. Y si, un dia se despierta la niña siendo.....mujer

    Que bonito.

    Cariños

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  8. Hay niñas que en la mirada reflejan que siempre han sido mujeres.
    D

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  9. Guao, D:
    me encantò comentario hiperbreve.
    Un abrazo.

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