teniendo la crisis de la mediana edad,
su vida dio un giro de 180 grados.
Se ganó la Lotería,
encontró a su verdadero amor
y pudo dedicarse a sus obsesiones secretas:
la creación de palíndromos
y andar de cabeza caminando de manos
por el resto de su (media) vida...
Tu personaje me sorprende en su reacción de ganador de lotería.
ResponderEliminarY siento que no estaría lejos de acertar que es un jugador ocasional
y además sorprendido tanto por el premio que no crece más allá de sus obsesiones.
Si el premio que ganó es descomunal y él se encuentra preparado para asimilarlo su vida pudiése hasta triplicarse.
Como jugador que cumple con su misma apuesta en el lotto a través de más de 20 años, he desarrollado concienzudamente un plan para evitar los errores que cometen la mayoría de triunfadores que repentinamente reciben una cantidad descomunal y caen en el sofisma de pensar que dicha fortuna es inagotable, o bien derivan otro tipo de psicosis tal como el síndrome del elegido; y finalmente la mayoría caen en el error de informar a todo mundo su nueva posición en el tablero, acarreándoles ésto envidias y un parasitismo desatado, o volviéndose blancos para la estafa o el ser encausados hacia malas inversiones. Un día de éstos plasmaré mi teoría completa en un nuevo blog de reflecciones en el cual me gustaría incursionar, para no revolver éstos puntos de vista con el género de cuento, a pesar de que éstas reflecciones seguramente tendrán también su buena carga de ficción, cómo he dicho otras veces de la realidad me interesa sólo lo estrictamente necesario, el resto de la vida es mejor en la fantasía.
Eres un maestro en el manejo de los espejos Hector.
ResponderEliminarUn abrazo.
El título es muy bueno, le da todo el sentido al relato. Felicidades Héctor.
ResponderEliminarGood! Esto de la edad y la loto me gusta, tengo un micro parecido, pero el prota es mas viejo...Magnífico, Héctor.
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