jueves, 8 de julio de 2010

REDENCIÓN.

La única vez que el pueblo ovacionó estruendosamente al dictador,fué cuando éste manifestó su última voluntad el mismo día de su ejecución.Expresó lo siguiente;---Es mi deseo que fusilen a Santa Claus,en Navidad,en Disneylandia.---
Por fin alguien se había encargado de ajusticiar a éste farsante comercial que robaba el crédito al esfuerzo de los padres,y que tarde o temprano les hacía quedar como mentirosos.



4 comentarios:

  1. jajaja, muy gracioso... pues si, unos minutos de redención.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta el final, qué definición más buena!

    ResponderEliminar
  3. Y no habrá sido otro montaje publicitario de cocacola??

    De todas formas tu relato plantea una paradoja: Si fusilan a Santa Claus demostrarían su existencia.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. No matar nunca la ilusión.
    Yo dejé que mis hijas la disfrutaran a tope.
    Para toparse de frente con la realidad tienen tiempo...no crees?
    Saludos

    ResponderEliminar

Pon un comentario. Nos gusta que nos leas pero también nos gusta saber que nos has leído.