Mientras dormía el badajo empezó a golpear vigorosamente el portón de la entrada a la casa. Me asomé sobresaltado a la ventana de mi dormitorio y la noche era aterradoramente oscura, la Luna se escondía detrás de un espeso manto de nubes y tan sólo unos murciélagos volaban en el cielo. Encendí un candil y bajé las escaleras tan rápido como pude. Al abrir, el cadáver de un hombre cayó desplomado sobre mis pies. Le iluminé y en la piel de su espalda aparecieron marcados a fuego un símbolo diabólico junto con una frase escalofriante: “Tú serás el próximo”. En ese momento, mientras dormía el badajo empezó a golpear vigorosamente el portón de la entrada a la casa y encogido entre las sábanas de mi cama, sabía extrañamente lo que me iba a encontrar al abrir.
Me llevó el relato ,tan bien narrado en ésa línea de películas de blanco y negro,que casi lo veía en éste formato.
ResponderEliminarY espero no ser pesado por decir ésto,pero sentí que el final fué anticoncluyente.
Nos volvemos a encontrar con un relato onírico con final abierto. No es fácil sorprender con este guión, y sin embargo, tu excelente narración y ese final que casi nos empuja a decir al protagonista que abra, para saber si la premonición onírica se cumplirá o no, han acertado de pleno.
ResponderEliminarUn abrazo
Circulo vicioso del despertar repitiendo lo vivido.
ResponderEliminarMe ha gustado Indio.
Un abrazo y bienvenido.
No te conocía este micro, es muy bueno. Hace tiempo escribí un cuento breve con estructura similar, se llama Así es la miquiztli
ResponderEliminarVaya que los sueños dan para mucho en la literatura.