Todo pasa y todo queda , me repite otro ángel a las 16:25. Momentos antes ya había percibido su presencia que siempre viene precedida por una calma tensa, un silencio extraño, un mirar a todas partes, esa especie de toma de conciencia de existir, acompañada de cierta desorientación. A continuación, el vacío, la ausencia, porque este ángel no se queda hoy tampoco.
Isabel González
Hermoso punto de vista ,de profunda tristeza.
ResponderEliminarMuy lírico este relato, me ha gustado el tono de nostalgia.
ResponderEliminarUn abrazo