Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

lunes, 7 de marzo de 2011

Virtual

El domingo me dejó un ramo de rosas virtuales en el Messenger.
Me pasó un mate de amigos, el lunes, por el chat.
Jugamos un par de veces al pictionary en una página conocida el viernes, y a la semana siguiente tuvimos sexo cibernético… ¡el mejor que he tenido en mucho tiempo!
Cuando me acosté junto a mi marido, lo sentí roncar con fuerza y su cuerpo transpirado junto al mío, comenzó a molestarme.
Esa noche dormí en la otra pieza, con la portátil prendida, esperando a que él se conectara. Siento que el corazón me late en RGB y 98 DPI cuando lo siento conectarse.

7 comentarios:

artistalight dijo...

La realidad virtual está tomando espacio a pasos agigantados, excelente escarcha :)

Luisa Hurtado González dijo...

Puede chocarnos pero sí, ese tipo de relaciones ya están aquí aunque no muchos hablen de ellas.....todavía.

Unknown dijo...

ja ja Con los tiempos que corren tu personaje no es el único en esa situación.
Micro hiperrealista diría yo.

Un beso grandísima amiga!!!

MA dijo...

¡Guau!, digo ¡miau!, cuan cierto.

Nel Morán dijo...

Lo virtual puede decepcionarte, sobre todo cuando las letras empiezan a oler como el sobaco de tu marido.

Blogsaludos

Unknown dijo...

Más que soñar con robots perfectos hipersexuales, mejor con humanos.
Lo demás son masturbaciones electrónicas al fin.

Puck dijo...

jajaja me gustó la frase final
Saludillos

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.