lunes, 8 de julio de 2013

Canicas


Fue suficiente ver a su madre empuñando la escoba con gesto adusto. Salí corriendo como una liebre asustada y, de paso, dirigiéndome a mi vecinito, le extendí  mi mano sucia conteniendo sus canicas.


6 comentarios:

  1. Los niños a veces necesitan defensores contra el bullying.
    Un clásico ejemplo.

    ResponderEliminar
  2. ¡Precioso! la sensibilidad de algunos niños.
    Besos, buena semana

    ResponderEliminar
  3. ¡cómo debe ser!
    la escoba era innecesaria, alcanzaba esa quemante mirada
    saludos, buen relato

    ResponderEliminar
  4. Cuando una escoba veas tras ti,corriendo debes salir.

    ResponderEliminar
  5. Gracias por leer este micro, amigos y aclaro ¡No me gustan las escobas!

    ResponderEliminar

Pon un comentario. Nos gusta que nos leas pero también nos gusta saber que nos has leído.