
Entonces es martes, seguro, por lógica. Hace años que despierto dudando, siempre he de recapitular. Eso es debido a que mi vida se ha vuelto muy monótona. Ayer fue lunes, entonces ya está, hoy me obligan a irme. Me lo dijeron bien claro: “No olvides que el martes es el día”. No soporto a esos tipos y creo que ellos a mi tampoco. Salvo a la chica, la rubita de ojos claros. ¿Es sicóloga? Ella es la única que me escucha crédula y atenta. Para los demás, incluso para el cura, es solo rutina. ¡En fin! Espero que la silla sea cómoda.
Y los demás ¿quién sabe si un lunes o un jueves...?
ResponderEliminarMejor un domingo, sin testigos y mirando al mar
Buen microrrelato, Torcuato.
Saludos
Me despierta la curiosidad la rubita de ojos claros...¿vino un ángel a darle consuelo antes de ser linchado? Pobre, si con los cantazos eléctricos apenas sentira la silla...bueno, bueno. Un cordial abrazo, Torcuato.
ResponderEliminarLa silla será cómoda en cuanto dejen la electricidad, qué triste monotonía has reflejado Torcuato.
ResponderEliminarUn abrazo libre
Muy bueno Torcuato! Muy bien puesto el cura ahí. Y el título despeja cualquier duda. Me gustó mucho!
ResponderEliminarSaludos!
Debe ser una experiencia inolvidable.
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