Berni era de los que pensaban que lo interesante era meterse en líos. Le gustaba vivir al límite, incluso caerse de ese límite al infinito de las incertidumbres y los remordimientos. Los problemas eran su aire. Más de una vez pensé que era como un silla con una pata más corta que habían intentado arreglar rebajando las otras patas y cojeaba ahora de las cuatro.
Un día en el barrio, apareció María. Y ¡madre mía, María!. Seguía exactamente igual que la recordaba... Fue verla y cojear como una marioneta. Dejó incluso de dormir.
Se lo contó a su madre y ella se acordó de todos esos momentos de su vida mal resueltos, en los que había dejado correr los problemas hasta el olvido, de todas esas TSNR con tantos amigos, a los que aún hoy, no podía sostener la mirada sin sonrojarse.
Berni le regaló una piruleta de sol de arco iris. La tensión desapareció tras la nube de la sonrisa de María.
bicefalepena
Ayer me regalaron una piruleta, no era de arcoiris sino en forma de corazón...ains, otra vez...
ResponderEliminarBsos B.
Que lindo...
ResponderEliminarMe encanta eso de liberar TSNR con piruletas de arcoiris de colores.
Besos
Qué sería de serires como Luz de Luna, Reminton Steele o Expediente X sin la Tensión Sexual No Resuelta.
ResponderEliminarA veces terminar con la TSNR acaba con la magia de algunas relaciones. Saludillos
ResponderEliminarExcelente. Un personaje como María ciertamente quita el stress aún al más loco. Con gran presencia en tu relato está la parte del iceberg que no alcanzamos a ver y donde se guarda ésa enorme traumática del joven antihéroe.Preciosa mezcla de lo real y lo fantástico.
ResponderEliminarMe ha fascinado esa imagen de cojear de las cuatro patas.
ResponderEliminarUn beso cojo.
Jejejeje, me he reído mucho con el comentario de Manu, y es que tiene tanta razón!! :-D
ResponderEliminarUn beso Bicefa, ya sabes que creo que todas las tensiones deben quedar resueltas.