Revivió todo en el mismo instante. Pude verlo en su mirada.
Volvió a ser aquel niño lejano que las monjas castigaban por sus inocentes pecados.
Fue el soldado que lamentó sobrevivir en el frente, bañado por la sangre de sus amigos.
Fue el hijo que enterró pronto a su padre y el padre que engendró tarde a su hijo.
Fue la vida y la muerte, en el cálculo preciso del minuto fatal en que tuvo su último orgasmo.
Claudia Sánchez
¡Maravilloso micro en el que se condensa una vida, y que al final coinciden la muerte y una nueva vida! :]
ResponderEliminar¡mUCHos salUCHos de UCH! :]
Hay a quien le va casi mejor en muerte que en vida.
ResponderEliminarGenial microrrelato.
Un abrazo
Te he puesto un 10 Claudia. Te lo hubiera puesto a la última frase. Es un micro en si misma.
ResponderEliminarUn beso.
He vuelto a leerlo y te voy a poner otro diez.
ResponderEliminarUna maravilla Claudia.
Cierto es que el icro lo puede hacer la última frase. Excelente. Un abrazo
ResponderEliminarBuen "in memoriam", Claudia. Una vida llena de encrucijadas, una vida culminada...con éxito, diría yo. Un abrazo.
ResponderEliminarQue mejor forma de morir. De ahí lo que sea.
ResponderEliminarFue la lucha por la supervivencia.
ResponderEliminarSe mereció esa muerte.
Un biquiño.