Mañana va a llover. ¿Será certeza o deseo desmedido? El aire penetra en mi nariz con olor húmedo y los pájaros se lo dicen unos a otros. El sol clava sus agujas calientes en mi piel. Ya lo decía mi padre, y antes que él, mi abuelo, y antes su padre: “Escucha al viento, a los pájaros y al sol”. Hoy he venido aquí con la única intención de escuchar. No tengo nada más que hacer. Sólo esperar a que caigan las primeras gotas. Aguardar y confiar mientras noto esta tierra agrietada bajo mis pies. Brotarán entonces las semillas, con ellas, mi sonrisa.
Torcuato González Toval
Precioso ese renacer de semillas. Un beso, Torcuato.
ResponderEliminarEse olor a tierra mojada que precede a la lluvia me encanta!
ResponderEliminarEsperamos felices la llegada del otoño
La certeza de los viejos, de los ancestros que tenían los sentidos más desarrollados que nosotros, no suele fallar. Buen micro Torcuato!
ResponderEliminarSaludos!
¡Bingo! Es certeza.Un abrazo, Torcuato
ResponderEliminarPrecioso. Éste es el tipo de micro del cual aprende uno algo. Soy algo reciente en la vida campestre y en sembrar plantas, pero tendré muy en cuenta ésta sabiduría que avisa cuando viene el agua.
ResponderEliminarQuerido Torcuato, además de precioso relato es muy cierto, somos agricultores y dependemos de la lluvia, sabemos bién lo que es, esperar con la tierra agrietada a los pies, un abrazo desde Venezuela, bello tu escrito :)
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