No podía soportarlo más. La miró profundamente a los ojos, largo rato, buscando la respuesta que tanto ansiaba, hasta que apareció. Justo en el borde de sus ojos, una niña cristalina jugaba despreocupada en un jardín florido. Entonces supo que había llegado el momento de internar a su madre. Su mente nunca volvería de ese tiempo ni de ese lugar.
Claudia Sánchez
Me haces llorar, es muy triste como tan real; escrito de una manera redonda, acertada y llega al corazón y al entendimiento.Excelente. Un abrazo
ResponderEliminarClara brevedad de la profunda tristeza que causa tal tragedia.
ResponderEliminarMe gustó mucho la imagen de la niña jugando.
ResponderEliminarQue hermoso...que triste...que real :(
ResponderEliminarBonita la idea de que quedara como niña en un jardín florido.
ResponderEliminarA pesar de todo, a pesar de la tragedia, otros quedan en sitios peores.
Precioso el micro.
Punto de no retorno. Dejemos que la niña siga jugando...
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto, hay puntos de los que es mejor no volver.
ResponderEliminarMuy poético.