domingo, 17 de octubre de 2010

EL PAÑUELO DE HILO

Algunos lloran, sobre todo las señoras de buen corazón que se arrebujan en sus abrigos de pieles, tiritando de tristeza y enjugándose cuatro lagrimillas mientras observan la escena del mendigo destripado en medio de la calle, reteniendo el tráfico que lo rodea, atropellado frente a la puerta de la iglesia, protegido por un chucho desgreñado que no para de aullar.
Tapándose la boca con un pañuelito de hilo dice una: — ¡Qué lástima! Alguien debería llamar a la perrera.


6 comentarios:

  1. Bienvenida Elisa. Has empezado la colaboración con un pedazo de micro seleccionado en el concurso de la SER.
    Todo un honor.
    Un beso.

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  2. Buen relato Elena.
    A veces la barrera está en un simple pañuelo de hilo, y es insalvable.

    Un abrazo.

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  3. ¡Qué golpe! Buenísimo, Elisa; un caso de extremismo humano. Un abrazo.

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  4. Magistral retrato de la frivolidad y alienación de muchos al devaluar al más pobre y sin embargo queda latente que son sensibles a la angustia del perrito.

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  5. A veces no tenemos muy claro cómo canalizar la generosidad ...ni el raciocinio.

    He sonreído con el final.
    Un saludo.

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  6. Se perdieron los valores, menos mal que no para todos.
    Genial micro Elena.
    Un biquiño.

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