Solía quedar malogrado a mitad de cualquier frase jugando al escondite con la palabra apropiada. Cabeceaba resignado, mordiéndose la frustración en los labios hasta que, al llegar a casa, encontraba de improviso aquella palabra en el humo de un cigarro, traspapelada en un libro o mojada de vino asomada en su copa... cuando había olvidado ya la frase inacabada. No podía evitar prorrumpir entonces en malhumorados reproches, manoteando en el aire como espantando moscas, mientras sus gatos corrían pavoridos a esconderse.
-Malditas palabrejas!! Sois todas unas… unas… oh, Mierda!!
-Malditas palabrejas!! Sois todas unas… unas… oh, Mierda!!
Kum*...
Ja ja, muy bueno Kum
ResponderEliminarAl menos ¡mierda! no se le ha traspapelado
Un abrazo
Jejej, palabrejas, palabrejas... que cuando no las buscas están y cuando las buscas desaparecen...
ResponderEliminarBesos sin palabras
esto es ... es.... es.... ya te lo he dicho demasiadas veces. jaja. Saludillos buscapalabras
ResponderEliminarNeurosis justificada. Buenísimo.
ResponderEliminar...y cuando más las buscas , más se alejan...
ResponderEliminarY te vuelves loca jajaja.
ResponderEliminarMuy bueno.
¡Ah, las musas! Siempre tan juguetonas.
ResponderEliminarPor cierto, valientes los gatos ¿no?
Un abrazo
Sabía que muchasmuchos os íbais a identificar con...
ResponderEliminarBicefalepena: pavorido y despavorido son dos palabras que adoro. son algo así como tú. Las dos cabezas de un mismo miedo.
Besos a... a... bueno, eso.
Jajaja! ¡es tal cual! Excelente Kum!
ResponderEliminarSaludos!