¡Ay mamá! se me ha roto el abuelo -dijo el niño llorando.
Tranquilo cariño, ya compraremos otro -respondió su madre.
¿Cómo vamos a coprar otro abuelo? -siguió diciendo el pequeño angustiado.
¿Otro abuelo? no hijo, otro marco para la foto -rió ella.
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Mamá, ¿por qué ladran los perros? -preguntó el pequeño mientras hacía levantar la patita al animal mediante un gesto.
Para comunicarse entre ellos -respondió.
El niño quedó pensativo unos instantes y afirmó: entonces los perros son más inteligentes que nosotros.
¿Por qué dices eso, hijo mio? -inquirió la madre.
Porque ellos entienden a los humanos y a los perros, y nosotros ni siquiera somos capaces de entender sus ladridos.
Muy elocuente me parece dificílisimo estas cosas de en unas ocas líneas expresar tanto contenido...
ResponderEliminarQueria darte las gracias por tu visita y comentario, encantada de co
ResponderEliminarnocerte, me gusta tu estilo tan directo...estoy haciendo mis primeros "pinitos" jugando con las letras!!!! es apasionante...
Si ya he colgado un escrito en mi blog no lo puedo reenviar a microrelatos?????? tiene que ser inédito????? cuando puedas me lo explicas vale???? un saludo cariñoso
Begoña
Cosas de la edad cuando es poca y cuando es mucha la inocencia...
ResponderEliminarLos chistes tienen su gracia profunda.
Un abrazo
Nat: si te gustan los micros, tienes una cantidad de gente buenísima escribiendo. Es un mundo apasionante.
ResponderEliminarAbedul: supongo que será Torcuato quien se ha pasado por tu blog, es el administrador de El Microrrelatista. Seguro que te lee y te contesta. Gracias por pasar.
Bicefalepena: lo curioso de estos dos casos es que son hechos reales. Me pareció que merecía la pena traerlos, aunque no fueran unos micros "al uso". Es un pequeño homenaje a la filosofía y sabiduría de los locos bajitos. Un abrazo.
Me gustan tus píldoras de lucidez. Felicitaciones.
ResponderEliminarLos niños son unos extraordinarios filósofos. :]
ResponderEliminarAprende uno mucho de ellos.
¡mUCHos salUCHos de UCH! :]
Sabios los niños, a veces más que los adultos.
ResponderEliminarMuy buenos,
Abrazos
Dr. Krapp: y a mi me gusta que te gusten, y es que, a quien no le gusta la lucidez de un niño? Lo tenía fácil :-D Un abrazo.
ResponderEliminarHéctor: ojalá no perdiéramos nunca esa visión clarificante de la vida, aunque sazonada con un poquito de experiencia y madurez, claro. Abrazos.
Su: son unos pequeños sabios, desde luego, a mi me han dejado pensando más de una vez, y sobre todo porque sabes que no hay nada detrás, sólo su inocencia. Un beso.
Esos "locos bajitos" si que saben ser chistosos. Un abrazo
ResponderEliminarQué razón tenía Joan Manuel Serrat al denominarlos así, tienen la gracia del saber innato y de la inocencia caduca. Un abrazo, Héctor.
ResponderEliminarLos perros no han olvidado su esencia.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Abedul. Iré leyendo cosas tuyas y te diré algo. Si me mandas un correo a elmicrorrelatista@gmail.com ya tendré tu correo.
ResponderEliminarUn beso.
El perro es un angel, muy superior a la mayoría de los humanos.
ResponderEliminarUna bendición que te acompaña.
Torcuato: por algo se les denomina como el mejor amigo del hombre, probablemente será por su paciencia ;-)
ResponderEliminarCarlos: qué te voy a contar a ti, que en tu foto de perfil estás con uno :-D
¡Muy bueno Maite! Los niños tienen la mente "incontaminada" y nosotros ya no recordamos esa época. Siempre son fuente de inspiración.
ResponderEliminarBesos,
Hay que aprender a ser niños de nuevo!
ResponderEliminarClaudia: los niños son muchas veces una fuente donde beber, y por tanto, de aprendizaje y de inspiración. Un besazo.
ResponderEliminarAnita: no deberíamos olvidarnos nunca de cómo éramos antes de ser trastocados por opiniones, vivencias, influencias, reglas, discursos, etiquetas y demás. Un fuerte abrazo.