-Las bombas de protones tienden a permanecer activas. Por eso debemos desactivarlas cada veinticuatro horas. Y así logramos que el ácido clorhídrico no salga de su cápsula y haga estragos en las paredes nuevamente. De hecho, la grieta más importante, ya está prácticamente cerrada. En catorce días volveremos a hacer una inspección y si confirmamos que el campo de trabajo se ha neutralizado, entonces atacaremos al enemigo con la artillería pesada. Aunque haya que tomar decisiones drásticas, tenemos que asegurarnos la muerte del Helycobacter pílori, me comprende?
-Comprendo. Haré lo que tenga que hacer, con tal de evitar el quirófano doctor. Le tengo fobia a las agujas.
-Comprendo. Haré lo que tenga que hacer, con tal de evitar el quirófano doctor. Le tengo fobia a las agujas.
Claudia Sánchez
Erudición médica convertida en guerra. Ja, ja.
ResponderEliminarUn beso.
Ufff, yo creo que tengo esa bacteria dentro también...
ResponderEliminarGracias por añadirle literatura a mis dolores de estómago :)
me he puesto mala nada mas de leerlo jajaja,
ResponderEliminares muy bueno
saludos
Si hay una tarea difícil es sumarle humor a la erución (real o inventada) y vos lo has logrado maravillosamente.
ResponderEliminarUn abrazo
Así deberían de inventar alguna bomba que cure las muelas y salvarlo a uno del dentista,pero en vez de gastar en ésto lo hacen en colonizar el espacio. Algo saben que nosotros ignoramos.
ResponderEliminarQué bueno Claudia, jamás hubiera imaginado describir el tratamiento de una úlcera de esta manera, jajaja, genial. Un beso.
ResponderEliminarEn el fondo todos somos obedientes, si nos dan un motivo para serlo...
ResponderEliminarBonito cuento de terror.
Un abrazo