Quería presentar todo lo contrario a un cuento y optó por un anticuento. El primer problema que se topó fué el de como evitar el principio. En su afán por saber ésto se comunicó a la asociación de anticuentistas quienes le indicaron que comenzace por el medio. Con ésta respuesta se dió cuenta que eran unos impostores pues un verdadero anticuento no tendría tampoco la parte de enmedio ni el final. Harto tomó la hoja de papel, violentamente la hizo bola y la tiró a la basura. Lo había logrado.
Te ha salido un anticuento con un perfecto planteamiento, nudo y desenlace.
ResponderEliminarMi enhorabuena!
Abrazos
Un anticuento no escrito, pero muy bien contado...
ResponderEliminarUn abrazo
¿Pero al tiralo a la basura el autor nos ha librado de un mal cuento? Claro, si es un anticuento. Ingenioso, Carlos. Un abrazo.
ResponderEliminarTu anticuento tiene tintes de cuento jajaja.
ResponderEliminarUn difuso abrazo.
Finalmente resultó ser un cuento.
ResponderEliminarAparentemente somos presa de psicosis de escapismo, existe tanto de que escapar que acabamos escapando también de las cosas buenas. Parecido al afán de libertad, nos rebelamos de lo que nos sofoca y acabamos adoptando a la rebelión como doctrina y de ahí nos alzamos en contra de mucho que nos beneficia. Al madurar hay que ver que el planeta es esférico y que somos tantos millones que lo que haga cada uno es importante. La conciencia clara contrae obligaciones de influír sobre ésta nueva especie, tan despierta ,tan pragmática que por fin dará nacimiento al verdadero humano.
Si tranquilos expresamos todos la fuerza de cada uno no habrá más quien nos someta a la esclavitud.
Es imposible que algo sea imposible.
La idea es muy buena Carlos. Felicidades. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Excelente idea! Felicitaciones.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu comentario también
¡mUCHos salUCHos de UCH! :]
ResponderEliminarEsperemos que el anticuento no se encuentre con algún cuento porque de ser así produciría una enorme explosión y el Universo colaps